
Ferenc Puskás, conocido como el «Cañoncito Pum» por su asombrosa habilidad goleadora y su potente zurda, es considerado uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. Nacido el 2 de abril de 1927 en Budapest, Hungría, Puskás dejó una huella imborrable tanto a nivel de clubes como en las selecciones de Hungría y España.
La «Selección de Oro» de Hungría
En los años 50, Puskás fue el líder de la legendaria «Selección de Oro» de Hungría, un equipo que revolucionó el fútbol con su estilo ofensivo y dinámico. Este equipo alcanzó una racha de 31 partidos invictos y es recordado por su histórica victoria 6-3 contra Inglaterra en Wembley en 1953, conocida como el «Partido del Siglo».
En la Copa del Mundo de 1954, Puskás brilló llevando a Hungría a la final, aunque una lesión limitó su desempeño. A pesar de la derrota ante Alemania Occidental, Puskás marcó un gol en la final, y su talento y liderazgo consolidaron su reputación como uno de los mejores jugadores de su generación.
Gloria con el Real Madrid
Tras la Revolución Húngara de 1956, Puskás dejó su país y fichó por el Real Madrid en 1958, donde se convirtió en una leyenda del club. A pesar de llegar con más de 30 años y problemas de peso iniciales, rápidamente demostró su calidad con su capacidad para anotar goles.
En el Real Madrid, Puskás formó una dupla letal con Alfredo Di Stéfano y ganó múltiples títulos, incluyendo cinco Ligas y tres Copas de Europa. Su actuación más memorable fue en la final de la Copa de Europa de 1960, donde anotó cuatro goles en la victoria 7-3 sobre el Eintracht Frankfurt, un récord que aún perdura.
En total, marcó 242 goles en 262 partidos oficiales con el Real Madrid, siendo uno de los máximos goleadores en la historia del club.
Reconocimientos y Legado
Puskás es recordado no solo por sus goles, sino también por su habilidad técnica, visión de juego y liderazgo en el campo. En su honor, la FIFA creó en 2009 el Premio Puskás, que se otorga al gol más bello del año.
Un Ícono Inmortal
Ferenc Puskás dejó un legado imborrable en el fútbol mundial. Su impacto trascendió generaciones, convirtiéndolo en un símbolo de excelencia y pasión por el deporte. Su historia sigue inspirando a jugadores y aficionados de todo el mundo.
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